Amanece en calma. Las calles, aún medio vacías, se tiñen con los primeros rayos de sol y con el intenso olor a asfalto mojado. La ciudad empieza a despertar, pero tú todavía no has vuelto a casa.
Tras una noche frenética, las calles se convierten en escenario de un cruce casi poético: los madrugadores que van a trabajar o a correr se encuentran con las almas nocturnas que regresan del after. Todo parece empezar, mientras tú, metafóricamente, ya estás acabado.
Las miradas se posan sobre ti. Te sientes fuera de lugar. Te cubres el maquillaje corrido de la noche.
Y, aun así, tu look de retorno habla por ti: una derrota triunfal convertida en actitud.
Siluetas oversize se funden con piezas de punto y bufandas acolchadas.
El negro, como hilo conductor, se mezcla con destellos de turquesa, verde, azul eléctrico y el brillo de las lentejuelas.
Prendas únicas creadas a partir de denim vintage intervenido, reflejo de esos ejecutivos que salieron de un afterwork y nunca recordarán el instante exacto en el que perdieron el control.



































